6 de enero de 2010

Irremediable


Una tarde sin nada que hacer, o al menos sin trabajo en el itinerario.

Cuando su agente le dijo que estaba libre esa tarde, ella no le creyó a la primera, así que le preguntó un par de veces para asegurarse antes de salir de las oficinas de la agencia. Ella aun no se lo creía del todo cuando repentinamente, al dar un paso fuera del edificio, recibió un mensaje en su teléfono móvil.

"Ishikawa-san, no olvides leer el libreto para el programa de la siguiente semana."



Después de leer el mensaje, no pudo hacer más que suspirar. Pero a pesar de todo, ya que su tarde no sería totalmente libre, al menos podría realizar esa tarea en la comodidad del sofá de su sala de estar.

Y en eso iba pensando, cuando recordó la ubicación de aquel documento que debía estudiar. Sin hacer drama, comenzó un dialogo interno para decidir lo mejor que podía hacer. Su primera opción era simplemente dejar pasar por alto su sentido de responsabilidad y dirigirse a casa a descansar; la segunda opción, consistía en desviarse un poco de su camino habitual e ir por el libreto para poder avanzar en su lectura y así aligerarse un poco la carga de trabajo en lo que restaba de la semana. No fue una elección muy difícil la que tuvo que hacer, a decir verdad el dialogo interno no tenía ningún sentido, ya que Rika siempre iba a relegar su descanso a todo lo que implicará hacer su trabajo de la manera más satisfactoria. Así que sin dudarlo, tomó el tren subterráneo con destino a la casa de su colega y amiga.

Cuando llegó al vecindario, las calles poco a poco comenzaban a sumirse en la penumbra, y el alumbrado público comenzaba su despertar. No tardó en llegar a su destino. En unos pocos minutos, ya estaba frente a la puerta del departamento de su compañera y amiga, Satoda Mai. Antes de llamar a la puerta, recordó la última visita que hizo a ese lugar, después de un entrenamiento con el equipo de futbol de sala al que pertenecían decidieron ir a cenar pasando antes al lugar de Mai para dejar sus cosas. Al final de la velada, regresaron por sus pertenencias, pero el estado que presentaban después de algunas rondas de bebidas, hizo que Rika olvidará algunas cosas en aquel sitio.

Justo cuando estaba a punto de tocar la puerta por segunda ocasión, se le ocurrió que Mai podía no estar en casa. ¿Cómo pudo no asegurarse antes de su llegada, que su amiga podría recibirla? Rika se golpeó la cabeza en forma de auto-castigo por no hacer algo que era obvio. Así que recriminándose el hecho, tomó su móvil y marcó a su amiga, al mismo tiempo que iba alejándose del departamento y acercándose al elevador del nivel.

Su llamada no fue respondida. Así que después de un profundo suspiro, optó por enviarle un mensaje rápido pidiéndole que, si no era mucha la molestia, le llevara el libreto a la oficina el día siguiente.

Inesperadamente después de presionar el botón de enviar, el elevador se abrió y una persona salió de él chocando abruptamente con una Rika desprevenida, que aunque hizo todo lo posible para mantener el equilibrio no lo logró y cayó sin remedio.

Una vez en el suelo y teniendo encima a una persona desconocida intentó liberarse y alejarse, poniendo aun más empeño al notar el fuerte olor a licor que dicha persona emanaba. Ya estaba a punto de gritar por ayuda cuando su mirada chocó con la de la persona que tenía sobre de ella.

-¿Yossi?- La llamó aun con una pequeña muestra de duda en su voz.

Una disculpa fue susurrada, mientras Yossi se levantaba trabajosamente y dejaba en libertad a una Rika confundida, quien se levantó rápidamente e intentó ayudar a una evidentemente ebria Hitomi. Quien sólo aceptó ayuda al inicio y una vez en pie, evitó el contacto, incluso el visual, con Rika.

-Yo... sólo...... tengo que hablar con Mai- Fue lo siguiente que Yossi pudo decir, caminando desequilibradamente hacia el departamento de Mai.

Era obvio que Rika no podía dejar a Yossi yendo sola por ahí en aquel estado, y más sabiendo que Mai se encontraba ausente y no respondía las llamadas. Así que la siguió, y una vez que llegaron frente a la puerta del departamento conocido, le explicó la situación. Yoshizawa sólo se quedó en silencio, con la cabeza baja y la mirada en el suelo. Sólo entonces Rika pudo ver detenidamente la expresión y los ojos enrojecidos de la otra chica. Cualquiera podría pensar que aquello podría ser causado por el alcohol ingerido, sin embargo Rika conocía a aquella chica desde hacía más de 6 años, tiempo suficiente para saber que Yossi había estado llorando demasiado en las últimas horas. Lágrimas y alcohol, eran una formula muy conocida, así que Rika podía suponer lo que había sucedido.

Suspirando nuevamente, Rika tomó a Hitomi del brazo, llevándosela hacia el elevador. Yossi no se resistió y tambaleándose siguió el paso de la mayor.

Una vez en el elevador, Rika intentó componer la vestimenta de Yossi, quien sólo se dejaba hacer, facilitando así la labor de la niña mayor al intentar colocar bajo las prendas de vestir la identidad de la chica, para después ocuparse de la suya. La idea inicial era caminar hasta un sitio con tráfico para poder tomar un taxi y dejar a Yossi en su casa, sin dejar que las reconocieran en él camino. Sin embargo, al salir del edificio, Rika se sorprendió al ver un taxi estacionado en frente. Entonces, Yossi le hizo señales diciéndole que ella había llegado hasta ese sitio gracias a ese taxi. Así que sin más, subieron al vehículo.

Antes de que ella pudiera darle la dirección del departamento de Yossi al conductor del taxi, ésta se le adelantó dando la dirección de la casa de Rika. Después de unos minutos de silencio, Yossi se excusó de esa acción diciendo que no quería ir a su departamento en ese momento, preguntando si podía pasar la noche en el lugar de Rika. A lo que la mayor no pudo más que aceptar, ya que después de todo no podía dejar a Yossi vagando en ese estado, ¿verdad?

Al llegar al lugar indicado, Yossi le pidió que le completara lo del taxi, asegurándole que después le pagaría el pequeño préstamo. Rika se preguntaba que tanto había hecho recorrer al taxista, para llegar a pagar tal cantidad. Sonriendo para sus adentros, siguió y observó a Yossi caminar lastimosamente hasta el edificio donde se hallaba su hogar. Algunos minutos después, entraban al departamento de Rika.

Una vez dentro, Yossi preguntó a su anfitriona por su hermana, y Rika le comentó que estaba fuera de la ciudad por trabajo, agregando que no tendrían que responder agobiantes preguntas ya que ambas sabían que su hermana tendía a preocuparse demasiado de las cosas. Una vez escuchado eso, Yossi se dirigía tranquilamente a la cocina tomando para sí el vino para cocinar que estaba guardado celosamente en la alacena del lugar, para después intentar beber directamente de la botella. Al ver esto, Rika corrió a detenerla lográndolo con éxito, sirviéndole un poco en un vaso y colocando la botella en su lugar original. Rogándole después a su huésped que no intentara beber más porque su hermana extrañaría ese vino.

Después de beberse de un solo sorbo el contenido vertido en el vaso, Yossi no escuchó las indicaciones de Rika y se puso en camino a la habitación de la chica, quien se sorprendió al ver que al menos ya había recobrado el sentido del equilibrio y caminaba decentemente por el lugar. Un “No ha cambiado nada desde la última vez que vine” llegó suavemente a sus oídos, haciendo que un sentimiento extraño comenzará a envolverla. Algunos pocos recuerdos afloraron irremediablemente, sobreponiéndose a su realidad, por lo que intentó apartarlos moviendo bruscamente la cabeza. Rika estaba segura que recordar no sería bueno en ese momento, y de eso se convenció a si misma mientras caminaba hacia su habitación.

Al entrar, instintivamente movió la mano hacia el control de la luz artificial de la habitación, sin embargo en la penumbra pudo ver a Yossi tendida en su cama, por lo que decidió dejarla descansar, dando un paso hacia atrás dirigiéndose a la habitación contigua.

-¿No quieres saber que fue lo que ocurrió?-

Esa pregunta viajó endeblemente hasta sus oídos por lo que detuvo toda acción. Rika realmente no sabía que responder, ya que se imaginaba lo que había ocurrido y no estaba segura de querer confirmar sus sospechas. Sin embargo, también sabía que Hitomi quería hablar, así que se rindió a la idea de saber, sin quererlo realmente. Caminando lentamente se dirigió a la cama en donde yacía Yossi, sentándose a su lado y guardando silencio en espera del relato, mientras que la narradora carraspeaba un poco antes de empezar.

-La… la encontré con Aya en su apartamento…- Hitomi levantó un brazo estirándolo lo más posible al pronunciar esas palabras, como intentando alcanzar algo, cerrando el puño más tarde y finalmente posando su brazo sobre su rostro.

Rika sabía que ese “la encontré con” quería decir más de lo que aparentaba y aun más tratándose de la persona con la que en ese momento salía Yossi.

Aunque podía llevarse laboralmente bien con Fujimoto, e incluso divertirse con ella, había cosas en su comportamiento y personalidad que no le agradaban y, algunas otras que definitivamente la hacían una persona a quien ella no trataría fuera del trabajo. Ellas dos no podían ser amigas. Y mucho menos después de que se convirtió en la pareja de Yossi. A Rika le parecía bien si a eso las demás personas le llamaban celos, esa palabra podía fácilmente definir parte de sus sentimientos con respecto a su vieja confidente y amiga. Sin embargo, ella se mostró de acuerdo con esa relación hasta que Hitomi comenzó a beber de más debido al “comportamiento” de Fujimoto.

-Discutimos… y salí de ahí…- continúo Hitomi en tono suave. –…A veces no sé qué quiere de mi…- Y entonces, guardó silencio permaneciendo inmóvil por unos minutos. Rika sólo imitó ese silencio en espera de que siguiera hablando.

A pesar de todo, aquel silencio era cómodo y agradable, como lo era poco tiempo atrás cuando Yossi visitaba a Rika en plena noche para compartir pláticas interminables. Y entonces Rika recordó que las cosas que Yossi le estaba contando sólo las decía cuando estaban sus dos mejores amigas con ellas. Ya que a partir de la formación de Gatas, Rika empezó a relacionarse más allá de lo laboral con Ayaka y Mai, Yossi tuvo mucho que ver en ello. Rika también recuerda que a partir del anuncio de su graduación, Yossi volvió a acercarse a ella, después de mantenerse casi al margen de su vida desde la aparición de Fujimoto.

Después de rememorar un poco de esa historia que había compartido con Yossi, un sentimiento de dolor y distancia la envolvió. Negándose a derramar lagrimas, movió enérgicamente la cabeza volviendo su atención hacia la chica que creía aun reposar a su lado. Sin embargo se topó con la intensa mirada de una Hitomi ya incorporada, una mirada que derribó sus defensas. El cómo y el porqué era desconocido, pero esa mirada influyó en su alma en ese momento. Y entonces sintió… ¿miedo? No, Rika realmente no podía definirlo.

Inesperadamente, Yossi la abrazó.

Era un abrazo tan fuerte que infringía dolor. Rika lo sintió. Sintió un dolor demasiado intenso proveniente de Hitomi. Y con las defensas abatidas, sintió querer estallar en llanto ella misma. Sin embargo, se controló, en ese momento Hitomi la necesitaba. Así que se armó de valor, conteniendo el nudo en la garganta que se comenzaba a formar.

-…No entiendo que quieres de mi…- Esas palabras llegaron suavemente a sus oídos sonando como un reproche, ¿hacía ella? Eso la hizo sentir aun más confundida, quedando sumida en un silencio paralizante. Hitomi deshizo el abrazo, dejando simplemente su cabeza reposar en el hombro de Rika. Y en esa posición poco cómoda, se quedaron algunos minutos que parecieron una eternidad.

Rika podía sentir la calidez del cuerpo de Hitomi, podía oler aquel aroma tan familiar haciendo caso omiso del fétido aroma a licor que invadía las prendas de la menor. Y en el silencio de la habitación aun a oscuras, también podía escuchar el suave murmullo de la acompasada respiración proveniente de ellas dos. Su mente estaba tan confundida que decidió no pensar en palabras o ideas concretas, simplemente se volvió una espectadora de lo que la rodeaba, prestando atención a lo que sus sentidos podían captar.

Tan enajenada estaba en su trance que, cuando Hitomi hizo contacto visual con ella, no reaccionó a tiempo y sólo pudo observar en cámara lenta los siguientes movimientos de la chica a su lado, la cual se fue acercando hacia ella, hasta finalmente depositar un beso en sus labios. Sin reacción brusca alguna, sólo cerró los ojos unos segundos, hasta que sintió un estremecimiento en Yossi y abriendo los ojos la vio alejarse abruptamente, levantándose y dándole la espalda. Un nuevo susurro llegó entonces a sus oídos,

-Lo siento- Fueron las palabras que se filtraron por sus oídos, mientras que la otra chica se dirigía al baño, en el cual se encerró.

A solas en la habitación, aun sentada en la cama, Rika se sorprendió de sí misma. Después de todo no era la primera ni la única vez que aquella chica le robaba un beso, y en todas aquellas ocasiones se había visto en serios problemas. Debido a eso, esta vez no le permitiría desequilibrar su estabilidad emocional. Esta vez no dejaría que sus sentimientos afloraran. Esta vez no olvidaría la situación en la que se encontraba. Yossi tenía a alguien a su lado, Rika se había prometido respetar y comprender eso, más que nada por su propio bienestar que por el de su amiga. Ya había tenido suficiente de los jueguitos en los que Yossi le gustaba meterla. Esta vez sería diferente, ella estaba totalmente convencida de no querer dejarla hacer lo que quisiera en esta ocasión, pero…entonces ¿por qué sentía lágrimas recorrer su rostro?

El silencio en el que se sumió la habitación le permitió escuchar el agua de la ducha. Eso le daba algunos minutos más para levantar nuevamente sus muros internos, intentando esconder lo que Yossi nuevamente hizo salir de su interior. ¿Por qué jugaba de esa manera con ella? Rika no podía entender absolutamente nada de las acciones de esa persona, quien a veces le parecía un completo misterio y otras, un libro abierto. A fin de cuentas, decidió culpar nuevamente a Fujimoto por tener en ese estado a su amiga. Así todo era más fácil. Culpar a terceros era mejor que ponerse a pensar en razones lógicas que podían herirla a ella y a Hitomi.

Después de un rato, vio a Yossi salir del baño envuelta en una toalla preguntando si podía prestarle alguna ropa para dormir. Rika se apresuró a buscar alguna prenda adecuada, para después entrar ella misma a la ducha, dejando a Hitomi en la tranquila habitación sin mediar palabra con ella.

Tomó una ducha rápida, saliendo a los pocos minutos, para observar a su huésped plácidamente dormida en la cama. Al parecer, nuevamente se decidió dejar pasar lo que acababa de ocurrir. El silencio era mejor después de todo. Sin explicaciones ni discusiones que podrían rasgar su amistad. Sin dar respuesta a preguntas que a pesar de estar tácitas entre ellas, nunca habían sido dichas. Después de todo, ¿por qué arruinar por medio de palabras aquel lazo “irrompible”?

Observando los números de color rojo del reloj sobre el mueble a un lado de la cama, se dio cuenta de que aun podía disponer de un poco de tiempo antes de dormir. Así que se dirigió a buscar su cena y después, a tenderse en el sofá frente al televisor.

Permaneció un largo rato en aquel sitio, sin pensar ni hacer nada, más que observar la deslumbrante pantalla del televisor. Las imágenes pasaban y pasaban, sin realmente detenerse en los ojos de Rika, cuya mente se sumía en un cúmulo de pensamientos intentando no pensar en el beso que le había sido arrebatado hace algunas horas ya. Era una dura batalla la que libraba en ese momento, su yo racional contra su yo emocional, quien sólo quería ir a despertar a la bella durmiente pidiéndole respuestas a todo lo que pasaba. Sin embargo, a pesar de que su yo emocional tenía demasiado poder, en la misma medida era conquistado por la cobardía y el temor. Así que era una batalla perdida desde un inicio.

Un pequeño zumbido la sacó de su ensoñación. Un mensaje había llegado a su móvil. Mai le había dado una respuesta al mensaje enviado en la tarde, preguntando además por la chica que dormía en la habitación de al lado, pues al parecer una desesperada Fujimoto estaba intentando dar con ella por todos los medios. Rika miró largamente la pantalla del móvil sin saber qué hacer. Así que tomando la hora como pretexto, se excusó a si misma de responder el mensaje, arrojando el aparato al otro extremo del sofá.

Después de darle vueltas a la cuestión de si era mejor dormir ahí mismo, en el sofá o dirigirse a su cama, se levanto tranquilamente, apagó el televisor y las luces del departamento, y finalmente, caminó a su habitación. Yossi aun dormía, sin haberse movido considerablemente de su posición desde hace algunas horas. Avanzando un poco, el parpadeo de una luz llamó su atención. El móvil de Yossi estaba recibiendo una llamada, vibrando y emitiendo una luz intermitente. Al revisarlo, pudo ver varias llamadas pérdidas y mensajes pendientes, sin examinar más, apagó el aparato, dejándolo en un mueble cercano.

Antes de recostarse, no pudo evitar contemplar el rostro tranquilo y sereno de Yossi. Y de nuevo volvió a meditar la conveniencia de dormir en el sofá. Sin embargo, nuevamente su yo racional ganaba la batalla anteponiendo su descanso a su capricho emocional.

Acomodándose de espaldas a su compañera de cama, intentó caer dormida lo más rápido posible. Pero al cerrar los ojos, sintió el movimiento de la cama y oyó el leve murmullo de las sábanas con las que previamente había arropado a Yossi, para después sentirse rodeada por dos delgados brazos, y un cálido aliento cerca del cuello. El efecto fue inmediato. Su corazón latiendo presurosamente, la sangre inundando su rostro y, los músculos en su totalidad, tensos y paralizados. Y entonces, un apenas audible “Buenas noches”, revirtió todas esas reacciones y la tranquilizó levemente.

Después de unos eternos minutos en esa posición, Rika comenzó a relajarse y a dejarse llevar por el cansancio y el estrés del día, hacia la tierra de Morfeo, no sin antes despedirse temporalmente de su huésped.

-Buenas noches…Hi-chan…

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Al otro día y con la luz del sol filtrándose en la habitación por los espacios que la cortina había dejado sin cubrir, Yossi comenzó a despertarse, emitiendo pequeños gruñidos como preámbulo a una dolorosa apertura de ojos. Los recuerdos de lo que había sucedido el día anterior comenzaron a despertar en ella al igual que su conciencia, hasta finalmente darse cuenta de que había despertado abrazada a una persona que no tardó en reconocer, quien aun dormía plácida y tranquilamente.

Observando el reloj sobre la cómoda cerca de la cama, se dio cuenta de que aún era temprano, así que se tomó su tiempo para desperezarse y despertarse totalmente, tratando de no hacer movimientos bruscos que pudieran provocar el despertar de su acompañante.

Pasados algunos minutos, intentó levantarse, y fue cuando descubrió que una de sus manos había sido apresada por la de la persona a su lado. Así que, haciendo aun más cuidadosos sus movimientos, intentó liberarse y levantarse. Lográndolo exitosamente después de varios minutos. Una vez levantada, y mientras realizaba sus ejercicios de estiramiento rutinarios, observó a la aun dormida Rika, sin ninguna expresión legible en el rostro, hasta que su móvil llamó su atención.

Con un movimiento titubeante lo tomó y encendió. Entonces, las llamadas perdidas y los mensajes con los que la bombardearon la noche anterior, aparecieron después del mensaje de bienvenida. Leyó algunos con rostro inexpresivo, regresando su mirada a Rika algunas veces, hasta que finalmente decidió entrar al baño, saliendo minutos después vestida con la ropa del día anterior. Tomó el teléfono de casa de Rika y llamó al portero del edificio, al que pidió que le llamara un taxi. Una vez finalizada la llamada, vio a Rika despierta, observándola.

Esquivando su mirada, Yossi recogió el resto de sus cosas, mientras le agradecía a Rika por su preocupación y atención la tarde anterior, disculpándose protocolariamente por haberle causado alguna molestia o inconveniente. Finalmente, salió de la habitación, agitando la mano en señal de despedida, sin molestarse en mirar atrás y sin molestarse en ver a Rika, que aun se encontraba en la cama.

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Más tarde, en el edificio de las oficinas de la agencia, Rika salía del elevador topándose con Mai, quien le entregó el libreto que había ido a buscar el día anterior. Bromearon brevemente, hasta que, Rika escuchó unas voces y risas a sus espaldas, pero no intentó voltear, eso sería demasiado masoquista de su parte desde que sabía a quienes pertenecían esas voces.

Viendo la expresión de su amiga, se dio cuenta de que ya habían hecho contacto visual con ellas. Es entonces cuando Mai le mencionó que al parecer “ellas” tuvieron una pelea muy fuerte la tarde anterior, pero que al parecer ya se habían arreglado de nuevo.

-¡No tienen remedio! Siempre es igual con ellas- dijo con una sonrisa a su interlocutora, intentando colocarse su mejor máscara. Y con esas palabras dichas, se despidió de su amiga, alejándose lo más rápido y discretamente que podía, sin mirar a la pareja que aun reía a carcajadas.

-Si… sin remedio, al igual que yo…




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